Equipos como el Beaglebone marcan un antes y un después en la posibilidad de construir la Internet de las cosas.
Texas Instruments, el fabricante del procesador ARM Cortex A-8 que es el cerebro del beaglebone, nos entrega un paper con una síntesis de las características de esta plataforma de desarrollo, destacando las ventajas de asumir la filosofía open source.
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